El pasado 14 de diciembre, fecha en que se celebra el Dia del Trabajador de la Cultura, un grupo de compañeros de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Sancti Spíritus que incluía directivos de empresas administrativas del territorio, se dirigió al Caney, poblado a 42 km de la cabecera municipal que pertenece al Consejo Popular Pojabo, pero no era en son de fiesta, sino para definir todas las tareas necesarias para la reanimación de aquellos lares.
Yo me integré al grupo con el objetivo de aprovechar el transporte para localizar huellas arqueológicas de los ingenios del siglo XIX, y del cruce de los expedicionarios que desembarcaron con Serafín y Roloff en julio de 1895, algo tan importante, que me obligará a volver a la zona de Pojabo.
Yo, que había sido delegada de la Circunscripción #125 de un Consejo urbano, durante 4 mandatos consecutivos, que trabajaba a 2 cuadras de la sede de la Asamblea Municipal y vivía cercana al lugar, que daba despachos con los electores a 100 metros de mi casa y las Rendiciones de Cuenta a no más de tres cuadras; como persona conocida por muchos espirituanos siempre tenía un transporte "de botella" para trasladarme en el municipio, pues me creo obligada a hacer pública mi admiración por los delegados de las áreas rurales: ellos casi nunca caminan por calles asfaltadas, sino por terraplenes que, en algunas partes, son prácticamente guardarrayas, para despachar con sus electores y dar las Rendiciones de Cuenta.
Varias veces al mes deben ir a Sancti Spíritus a tramitar soluciones a los planteamientos, dando brincos por aquellos caminos, que en tiempo de lluvia deben tener fangueros. Pero el entusiasmo y la abnegación los hacen vencer las adversidades e incluso a la terrible Covid-19.
En este 63º aniversario del triunfo revolucionario mis felicitaciones a todos ellos y al resto de los integrantes de la Asamblea Municipal que luchan con denuedo por mantener lo conquistado y avanzar frente al gigante de las siete leguas.
Por:Maria Antonieta Jimenez
Historiadora de SS
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