Por: Roberto López Portal.
Sentir que un médico empatiza con nuestro dolor resulta el primer alivio en el centro de aislamiento para niños con COVID-19, ubicado en la escuela Protesta de Jarao.
El equipo médico que protege allí la ternura, responde a la voz de quien encarna toda paciencia y amor en su quehacer, la doctora Leslie Hidalgo Gómez.
- Los pacientes en zona roja no se pueden ver como un número. Se deben ver como una entidad entera: una persona con sus problemas personales y sus angustias.
Por mi parte, he subido, he visto a los pacientes. Hay que ser humano en esa situación. A veces, no tenemos la respuesta en las manos, pero los pacientes son receptivos.
Cuando me presento y les hablo, les gusta mucho. Les gusta que la persona que está frente del centro los escuchen, para tramitar sus inquietudes. Hasta ahora esa parte no me preocupa, pues yo subo todas las semanas.
Siempre hay pacientes con insatisfacciones y me las plantean. Yo trato de darle la explicación más detallada al paciente. Que salga complacido con lo que le puedo expresar.
- ¿Me puede poner algún ejemplo?
- Ayer mismo tuve una mamá con PCR positivo y el niño salió negativo. Un niño de 5 años de Fomento. Para hacerle la coordinación hasta allá se hacía un poco difícil. El tema es que el niño no se podía ir solo, y no había más nadie para Fomento.
Entonces hicimos las coordinaciones. Hable con el Subdirector de Salud de allá y me garantizó el transporte, que venía a traer unos positivos, y mandé a la madre y el niño juntos. Ella para un centro de aislamiento en su municipio y el niño para su casa. Son cosas que tratamos de resolverle al paciente así, de momento.
- Ustedes son psicólogos también en esos momentos.
- Exactamente.
- A pesar de que ustedes también están recibiendo el peso de esta pandemia en sus hombros. Las madres con niños pequeños… Es una cosa desesperante saber que tu niño tiene Covid.
- Eso se lo digo yo a los médicos mucho: tienen que trabajar pensando que aquí hay madres y hay niños, y no hay nada más importante que un niño. Hasta ahora yo no he tenido problema con eso. Mis médicos han trabajado de maravilla.
- ¿Usted tiene niños?
- No, pero tengo sobrino chiquito.
- Ah, es como si lo fuera…
- Claaaro, pienso mucho en ellos (la mitad de su familia que no vive junto a ella).
Entre risas y añoranza, Leslie habla del pequeño que protege con su distanciamiento.
Vive cerca de mi casa, al doblar. Y yo ni voy allá, porque estoy en el tema del hospital. Uno tiene que ser en esas ocasiones lo suficientemente fuerte para decir: no, no puedo ir, no pueden venir a hacer un almuerzo.
A veces me paso hasta un mes sin verlo, sin poder cargarlo por decir: ¡Tengo cuidar a mi niño!
Y eso es lo que tiene que pensar la población, que se reúnen y hacen visitas. Desgraciadamente tú no sabes el que puede venir con el Covid. Y es muy triste tener un niño positivo a Covid. Las secuelas que le pueda dejar. Una fibrosis pulmonar que le pueda repercutir para toda la vida. Tenemos que ser consientes en eso.
- ¿Queda algún mensaje que transmitir?
- Seguir sacando fuerzas para ver si podemos vencer esta pandemia. Que no es solo la pandemia, sino los efectos de la pandemia. Pero para poder terminar con todo esto tenemos que hacer las cosas correctamente y sobre todo el cuidado señores. El cuidado, para evitar que ustedes se enfermen y nosotros seguir trabajando encima de eso.